“Abro hilo”. Esta frase, en nuestros días, antecede a la explicación de una historia narrada en varios tuits. Siempre existe la tentación, en el universo digital, de cortarlo, enredarlo, manipularlo. Hace veinte años, en los tiempos del Prestige, la palabra hilo también adquirió otro significado. Mariano Rajoy, entonces vicepresidente del gobierno de José María Aznar (PP), eligió este término para referirse a las 16.000 toneladas de chapapote que, por aquellos días, el petrolero vomitaba frente a la Costa da Morte: “Unos pequeños hilitos. Hay cuatro en concreto, regueros solidificados con aspecto de plastilina en estiramiento vertical", dijo. Entonces, el hilo pasó de ser una hebra delgada a un material completamente moldeable. Como la mentira que, forjada con palabras, eufemismos o silencios, aparenta ser una verdad.
Las huellas del Prestige es un reportaje multimedia que, dos décadas después, desbroza los hilos que un día abrieron la mayor catástrofe medioambiental en España.